Buscamos a Dios cuando tenemos problemas pero cuando nada
ocurre ni nos acordamos.
¿Por
qué somos así? ¿Por qué cuando pasamos un problema lo buscamos con
desesperación, se nos desgarra la garganta de tanto suplicar y cuando no
estamos pasando ninguna prueba ni nos acordamos?.
Sentimos
que no damos más del dolor, de la angustia, la tristeza, el desconcierto, la
impaciencia y nos olvidamos de mirar hacia arriba. Porque nuestros problemas
son tan grandes que nos aplastan, nos falta el aire y por más que tengamos mil
años en la iglesia y que nos sepamos la palabra de PE a PA, de la A a la Z o de
Génesis a Apocalipsis nos volvemos amnésicos y no recordamos nada, solo
sentimos que no podemos más hasta que nos acordamos que hay un Dios
sobrenatural que no hay nada que no pueda hacer y es ahí, justo en ese momento,
que oramos con el corazón y la mente consiente de esa verdad y miramos al cielo
y comenzamos a pedirle que se ocupe de nuestros problemas. Pero mi pregunta es, ¿el
no dijo "vengan a mi todos los que están cargados y trabajados y yo los
hare descansar en Mateo 11:28? "... el tema es... que nos pasó, que no nos
pudimos acordar de esa gran promesa, de esa palabra tan fuerte que te hace
sentir David cuando derroto a Goliat... Creo que dejamos que la situación o el
problema sea más grande que Dios mismo, y nos aplasto de tal manera que no
nos dejó mirar hacia arriba para pedir su fuerza y su guía.
Cuando
entramos en razón y Dios nos da una dosis de su hermoso y perfecto amor ya no
hay nada que nos pueda destruir. Porque sabemos que todo lo podemos en Cristo
que nos fortalece.
Así
que, cuando estés en ese momento que no das más, nunca pero nunca, te olvides
de mirar hacia arriba.
Aunque
a veces te de vergüenza hablar con alguien de lo que estás pasando o no sabes
con quién compartirlo, recordá que hay un médico que está siempre esperándote
para sanarte el corazón, aunque hay algo importante que tenemos que recordar.
Como dije al principio, no te olvides de él, cuándo la tormenta allá pasado, él
es el mismo Dios que te sostiene cuando estas desesperado y es el mismo que te
espera todos los días para que estés un ratito cuando sale el sol.
Les
dejo esta hermosa reflexión de una hija de Dios.
Se
requiere mucha valentía aún en la iglesia de nuestros días para aceptar ayuda
en cuestiones sensibles. Sin embargo, el señor es la clase de médico que puede
derramar el aceite que sana.
Td
jakes
Cariños!
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