Acerca de mi

Hola, soy Daiana tengo 32 años y soy mamá de luchi hace siete años y esposa hace ocho años de Lucas. Además soy periodista de vocación y profesora de comunicación. Pero principalmente, y lo más importante, soy hija de Dios hace muchos pero muchos años. Esto no quiere decir que siempre estuve a full y que nunca me aleje, esto quiere decir sencillamente que yo me considero de él más allá de cualquier circunstancia, porque una vez que lo conoces nunca más podes vivir sin su amor.

A veces cuando hablo con alguien de lo difícil que es este camino pero de lo gratificante que es, siempre digo que nuestro corazón tiene su forma y que por más que queramos llenarlo con una pareja, un trabajo, una carrera, una familia o lo que ustedes se imaginen, nunca pero nunca va tener todo lo que te da papá. Pero... este camino no es fácil ni tampoco es color de rosas, menos mágico como muchos piensan. Pero lo que si es verdad es que te da mucha paz. que te libera y muchas veces te sana.  Te hace sentir amada como nunca antes lo sentiste y definitivamente la vida es más linda cuando él esta en control.

No se quien esta del otro lado leyendo esto, pero sé que Dios quiere que puedas sentirte acompañado a través de las distintas historias que siento en mi corazón de compartir. Sé que no es un capricho y que todo tiene un por que, porque para él nada es casualidad todo es una causalidad y es por eso que después de mucho tiempo estoy obedeciendo a su propósito en mi. No fue fácil fue un camino largo de muchas luchas, principalmente conmigo misma y después la vida ...

Espero que te puedas sentirte identificado y que encuentres una amiga aquí.

Gracias por confiar en mi pero principalmente gracias por confiar en el.



"Yo soy el verdadero hijo de Dios. Yo gobierno sobre el reino de David. Cuando abro una puerta, nadie puede volver a cerrarla; y cuando la cierro, nadie puede volver abrirla.."
Apocalipsis 3:8


Es el deseo de Dios que puedas ser bendecido y acompañado, que te tomes de su mano y como dice este verso no hay nada que no puedas hacer si Dios abrió esa puerta...

Cariños!